Que las Instituciones Funcionen
Hablemos de probidad, est á de moda o de su ausencia la corrupción, todos hemos escuchado opiniones, de todos los sectores, que nos hablan de esto, todos sienten la obligación de decir algo, de defender lo indefendible o de atacar al adversario pol í tico. Desde la izquierda cubriendo el abanico hasta la derecha, entregan su visión de lo que ellos entienden como falta atentatoria en contra de la probidad y son capaces tambi é n de graduarla, señalando por ejemplo, que uno u otro acto es m á s o menos corrupto seg ú n la cuant í a de lo defraudado. Lo cierto es que la corrupción no admite gradaciones, el acto es o no es corrupto, no hay escalas en esto. Piense por favor por un instante si le parece adecuado que un próximo candidato a la presidencia de la rep ú blica de Chile tuviera el siguiente perfil: Condenado por los tribunales de justicia, a 12 años por corrupción pasiva, cohecho, soborno, tr á fico de influencias y lavado de dineros. Tambi é n denunciado