Una mayoría necesaria.
En
medio de un intenso debate, luego del acuerdo transversal, logrado por el ministro Arenas, con el
fin de aprobar la
reforma tributaria, las críticas
no han cesado. Por una parte amenazas de quiebres del
oficialismo, en particular de los
partidos que no fueron incluidos en
las negociaciones y de los movimientos sociales,
señalando que se van "restar a cualquier dialogo, porque no quieren revivir lo que
denominan “ nefasta política de los consensos de los noventa” .
Sintomático, es que al mismo
tiempo, que se despertaban estos temores, la
encuesta Plaza Pública Cadem, detectó que luego
de la firma del acuerdo, por
primera vez en tres meses, el proyecto era considerado
que tenía más efectos positivos ( 49%) que
negativos (40%) y el nivel de aprobación
aumentaba en 12 puntos.
La prudencia
y el pragmatismo y el sentido de oportunidad rinden frutos en política.
Las voces de expertos tributarios y el paulatino convencimiento de
la opinión pública del impacto negativo de los cambios redicales en la
economía y en los propios
contribuyentes, hicieron que se generara un ambiente poco propicio
para la imposición de las mayorías con que cuenta
el bloque oficialista en ambas cámaras. Y no por fallas comunicacionales, como se piensa desde una visión simplista, sino fueron
la comprobación e intuición de los actores que vivirán el impacto de las medidas, los que advirtieron a la autoridad que las iniciativas no estaban funcionando.
Se comenzó a “hablar de un Transantiago tributario “ y
que la “renta
atribuida tenía viso de inconstitucionalidad”, y este diagnóstico no
venía desde la oposición , sino desde el seno del gobierno
y de expertos oficialistas de reconocida trayectoria.
Cuando se encendieron las
alarmas, Arenas abordó el tema con la
presidenta Bachelet, y ella decidió con
el pragmatismo necesario, pasar a una
etapa diferente, porque para llevar
adelante sus iniciativas emblemáticas, había que alcanzar acuerdos más amplios, ello implica
una mayoría que incorpore a mas ciudadanos.
¿Significa que
quiere volver a la política de los acuerdos?
Podemos asegurar que no, primero porque las condiciones para ello no existen y si la mandataria volvió de Nueva York, como lo ha señalado en
reiteradas ocasiones, fue para llevar adelante un programa que la
inspirara y la comprometiera.
No estamos hablando de avanzar
en la medida de lo posible, sino que de construir
mayoría sociales, que no sólo están en los manifestantes, sino en todos los actores: padres, apoderados,
pymes, estudiantes, profesionales,
empresarios, en todos y cada uno, como lo requiere el bien común. Y para alcanzar
objetivos contundentes como los
propuestos por el gobierno, se requiere
de todos ellos. No hacerlo así, sólo
puede llevar al inmovilismo o a la
polarización, ambas condiciones que
la mayoría rechaza y por lo tanto haría inviable el proceso de transformaciones.
Y la presidenta hizo el
diagnóstico, y actuó en consecuencia: avaló el acuerdo. Observemos como sigue la otra
gran reforma y a mi juicio la más importante, la de la educación.
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