Desconfianza y Control
El país ha presenciado con desconfianza como después de producirse los graves hechos en la Estación Escuela Militar del Metro, nuestra clase política discutía si esto era o no un acto terrorista, pareciera ser que no es el foco al que debemos poner atención. Días antes en el seminario la rendición de cuentas en América Latina, el contralor general, Ramiro Mendoza concluyó que este proceso es clave en aquellas sociedades que han logrado transformar la democracia en una forma de vida.
El sistema democrático se sustenta en la confianza y en la asociatividad, que al plasmarse en las instituciones y en las prácticas de la misma, determinan su productividad, estabilidad y paz social.
La credibilidad en las personas y en las instituciones son la base del denominado: “capital social”. Recurso que se aprecia en la capacidad de los individuos para trabajar juntos. Y se construye a partir del grado de normas y valores que comparten lo que se traduce en términos prácticos, en que éstos puedan subordinar intereses individuales en pro de ideales colectivos. La confianza es lo que permite alcanzar esta meta.
Por eso caló hondo, cuando el Contralor señaló que debemos ser capaces de enfrentar el desafío de tener que superar los altos niveles de desconfianza de nuestra sociedad.
Esto nos exige fortalecer la transparencia y el control de las instituciones. “La sociedad hoy no distingue de quién desconfía, lo hace tanto del Estado como de los privados”. Por ello tenemos grandes desafíos para recuperar confianzas, primero en el ámbito público y luego en el privado, discusiones como las señaladas no apuntan a eso. El país hace algún tiempo se queda en la superficie de las cosas. Eso es muy preocupante.
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