La batalla de Deraa. Un triunfo que consolida al gobierno sirio
La recuperación de la ciudad de Deraa por fuerzas del gobierno sirio representa un triunfo de gran significado. Deraa es el lugar donde se dio inició a los levantamientos armados y es llamada la “cuna de la revolución” contra Al Assad, una revolución armada y gestionada por actores externos y protagonistas en el terreno locales y extranjeros.
La caída del bastión terrorista preanuncia la retirada de las potencias occidentales del territorio sirio y Damasco tiene el propósito de avanzar hacia los Altos del Golán, ocupados por Israel desde 1967.
La importancia de este triunfo para parte de Assad es clave para la evolución del conflicto. En Deraa, “ la cuna de la revolución”, 4 de febrero de 2011,una cuenta de Facebook identificada como “Syrian Revolution 2011” llamaba a realizar manifestaciones contra el gobierno de Bashar Al Assad todos los viernes, jornada sagrada para los musulmanes del mundo.
Hace siete años, la reportera de guerra Karen Maron se encontraba en la zona enviando a occidente lo que estaba ocurriendo, la respuesta del Ejército a las protestas contra Deraa, la primera ciudad siria en levantarse contra el Gobierno, fueron castigadas con extrema dureza. La revuelta se extendió a otras ciudades en las semanas siguientes.
“Si ustedes no pueden engendrar más hijos, traigan a sus mujeres que se los hacemos nosotros”, les respondió uno de los jefes de la seguridad militar de Deraa a los padres de los 17 menores -de entre 11 y 15 años- detenidos el 15 de marzo de 2011 por pintar grafitis con el lema “La gente quiere que el régimen caiga”. La respuesta de los militares provocó la furia de los progenitores. El jefe tribal que encabezaba la delegación hizo una señal característica de declaración de guerra, a la que siguieron movilizaciones multitudinarias.
Deraa -a 100 kilómetros de Damasco- fue la primera en levantarse en contra Al Assad. La respuesta del gobierno no se hizo esperar, matando a centenares de personas y bloqueando sus relaciones con el mundo exterior. En las semanas siguientes, la insurrección se extendió a las ciudades de Latakia, Banias, Homs, Hama, incluso a las afueras de la capital.
Ante una revuelta que ganaba terreno, el régimen de Bashar Al-Assad apostó por la mano dura. Decenas de personas murieron y, en pocos días, los reclamos de los manifestantes para aquellos niños en manos de los militares se convirtieron en un clamor que pedía libertad, democracia y cambio político en toda Siria.
Si Homs es considerada el corazón de la rebelión, Deraa es la cuna de la revuelta, y el barrio de Balad, su núcleo. Este barrio del distrito histórico de la ciudad resistía el cerco permanente del Ejército desde el inicio de las revueltas. Desde los tejados y balcones, los soldados disparan a quienes tratan de entrar o salir de él. Las líneas de electricidad, agua y teléfono fueron cortadas. La leche y los alimentos de primera necesidad se agotaron. Cada día, durante la oración de la tarde, miles de voces se alzaban pidiendo comida. Muchos vecinos aseguraban que sus casas se convirtieron en un guetto en el que la muerte y la destrucción hacen estragos.
El estadio de fútbol y las escuelas de Deraa fueron centros de detención y la mayoría de las familias tiene un miembro en la cárcel, muerto o desaparecido.Las detenciones arbitrarias, las redadas, torturas y ejecuciones fueron comunes.
Pero es en la Mezquita Oumari -construida durante el reinado del califa Omar ibn al-Jattab y también el primer lugar en el que las manifestaciones- se convirtió en símbolo de las supuestas demandas populares digitadas desde el exterior.. Este edificio sagrado se fue transformando en una fortaleza para los terroristas.
Allí se han encontrado municiones, armas -incluyendo granadas de mano, ametralladoras y fusiles Kalashnikov- y grandes cantidades de dinero. En la mezquita, donde se almacenan las armas de contrabando que llegan a través de las fronteras de Jordania, Líbano y Turquía, reciben órdenes del superintendente general de los Hermanos Musulmanes en Siria, Riyad al-Shaqfa, que anunció el regreso del grupo a la lucha armada.
El 22 de febrero del mismo año 2011, el recientemente fallecido senador estadounidense John McCain, también presidente de una de las ramas de la NED -la National Endowment for Democracy- uno de los servicios secretos de lo que se conoce como los “Cinco Ojos” viajó a Líbano. Allí pone en manos del diputado libanés Okab Sakr -seguidor del clan Hariri- el envío de armas a los grupos antigubernamentales que operan contra Siria. También visita la localidad libanesa de Ersal, donde decide implantar lo que será una base de retaguardia de los yihadistas.
McCain reconoció que estaba en contacto permanente con los yihadistas, incluyendo los líderes del Estado Islámico, -Daesh- y comparó la estrategia estadounidense contra Siria con la agresión de Estados Unidos contra Vietnam.
El punto central es que están muy lejos de ser movimientos espontáneos populares y que claramente ha sido una planificación perfectamente donde están involucrados entre otros Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel.
Pero siete años después y luego de más de dos semanas de duras luchas, las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al-Assad, triunfaron en las puertas de Nasib, que se encuentra en la frontera jordano-siria en el límite con la provincia suroccidental de Deraa. Este punto neurálgico controla la carretera que conduce de Ammán a Damasco y su captura por rebeldes antigubernamentales en abril de 2015 había sido un duro golpe para Assad. Ahora, con la recuperación del gobierno de la puerta Nasib, Deraa, estás abierta a Damasco. Un poco más de una semana después de la caída de Nasib, la ciudad de Deraa aceptó rendirse a Assad.
El gobierno apoyado por el poder aéreo ruso y las milicias extranjeras respaldadas por Irán, lanzó una ofensiva para romper el estancamiento en el suroeste.
Como resultado de la ofensiva la ONU estimó que más de 720 mil residentes del sudoeste de Siria estaban en riesgo directo de ser desplazados por los combates.
Después de varias semanas de escalada en la "zona de desescalamiento", las fuerzas del gobierno sirio y los terroristas llegaron a un acuerdo: los rebeldes donde acordaron entregar algunos de sus armas pesadas y permitir que la policía militar rusa se despliegue a lo largo de la frontera jordana. Los rebeldes que se oponen al acuerdo serán evacuados a zonas controladas por la oposición en el norte de Siria, según los términos del acuerdo, mientras que las fuerzas del gobierno sirio se retirarán de partes del sur, dejando a la policía militar rusa a cargo de la seguridad en su lugar. La toma del control por parte del régimen sirio del cruce fronterizo probablemente también permitirá que el comercio fluya una vez más, impulsando la agitada economía de Jordania. Horas después de que se anunció el acuerdo, las fuerzas del régimen sirio llegaron al cruce fronterizo. Por primera vez en años, la bandera nacional siria se alzó sobre el cruce.
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