Contraloría Genral de La República, la Cuarta Función del Estado Democrático de Derecho Chileno
La Contraloría General de la República (GCR) tiene como obligación ejercer, en representación de la comunidad, el control de juridicidad de los actos de la Administración y fiscalizar el ingreso e inversión de los fondos del Fisco, Municipalidades y demás servicios que determinen las leyes, llevará la contabilidad general de la Nación y examinará y juzgará las cuentas de las personas que tengan a su cargo bienes de esas entidades.
Esto implica que debe ser capaz de generar una cultura de probidad y auto control para procurar el buen uso de los recursos y bienes públicos y mediante acciones de control, contribuir al mejoramiento continuo, a la modernización del Estado.
Tres son los principios que nos permiten determinar si estamos en presencia de un Estado Democrático de Derecho, los de Juridicidad, Responsabilidad y Control, justamente en todos ellos participa de alguna u otra forma la CGR, de allí la importancia de esta institución para la República y la salud de la democracia.
Dicho esto es necesario preguntarnos si alguna de estas importantes funciones se ha visto afectada cuando la Corte Suprema, máximo tribunal del país que forma parte de uno de los poderes y funciones del Estado, declara unanimemente que una resolución del Contralor General, quién interpreta la ley administrativa y es garante del principio de Juridicidad, atropelló derechos constitucionales de una persona con su acción ilegal o arbitraria.
Es evidente que la autoridad de la persona que está a cargo de velar por la legalidad de los actos del Estado, queda debilitada, pero cuidado con esto, también se debilita aun más la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas y tiene consecuencias en nuestra democracia.-
En el fondo lo que nos dice, es que actuó ilegal o arbitariamente el contralor general de la república, que es ni más ni menos una de las autoridades constitucionales encargadas de controlar y dar presunción de legalidad a los actos de la administración del Estado.
Y en un sentido institucional, republicano y democrático la voz de la Contraloría se expresa a través de sus informes y dictámenes, no en apariciones en medios de comunicación, generando un perfil mediatico de su dirección que expone al ente contralor a convertirse en protagonista de algún programa de farándula televisiva. Mientras menos escuchemos hablar de la CGR en los medios y veamos a las instituciones del estado profundizando en la probidad pública, devolviendo la confianza a la ciudadanía, sabremos que este organismo tan importante está realizando su función por el camino correcto, sin estridencias y con preeminencia del interés general sobre el particular.
Además, resulta evidente la necesidad de modernizar la Contraloría General de la República, su tradicional prestigio y seriedad, hoy, es innegable, se enfrenta a crecientes problemas, el conflicto y tensiones generadas entre el contralor general y su subcontralora, solo nos confirma que existe una zona en su estatuto legal, que acusa vacíos e incertezas que deben resolverse, a la brevedad posible, por el bien de la institucionalidad del país. Debemos pensar en un modelo diferente que refleje adecuadamente la maduréz democratica de Chile, recordemos que su estatuto orgánico se ha mantenido sin modificaciones mayores desde hace mas de 50 años, pareciera que ya es tiempo de revisarlo y adecuarlo al siglo XXI.
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