Control y Universidades
Con la presencia de la presidenta Michelle
Bachelet, el contralor Ramiro Mendoza
realizó su cuenta pública y efectuó una
serie de recomendaciones, que resultan
necesarias de tener en cuenta; más aún cuando el país
está viviendo un proceso
de transformación profundo de
su sistema educativo, y en particular
de sus
Casas de Estudios Superiores.
Si uno de los ejes del proceso
es fiscalizar la existencia de
lucro, eso lleva
necesariamente a que se demanden
los instrumentos necesarios para
que la entidad contralora pueda
ejercer sus funciones.
El Contralor General, había indicado con anterioridad que “no existían
mecanismos directos para fiscalizar
recursos públicos que reciben las
universidades privadas”. Lo que es
contradictorio con el hecho que éstas
reciben dineros estatales. Al ser así, deberían
estar obligadas a rendirlos
públicamente. De cara al principio básico de toda adecuada
administración de fondos estatales la rendición de cuentas o accountability.
De ahí, la urgencia de que se
envíe por el Ministerio de Educación y luego se apruebe por el Congreso, el
proyecto de Ley de la
superintendencia de educación superior,
y a su vez se avance en ampliar las
atribuciones de la Contraloría
General de la República de manera
que pueda fiscalizar la inversión que
hacen las universidades privadas de los fondos que les son entregados por el
estado, son dineros de todos para cumplir una función pública que es la
educación.
Por su parte y en relación
a las universidades estatales, y
al trato especial que ellas
merecen por el rol que poseen en el sistema de educación superior,
Mendoza fue taxativo: “ si vamos
a jugarnos con que las universidades estatales son realmente
estatales, debemos situarlas donde
están; en el sector público, con las
reglas especiales de su administración”. Hizo mención a la tensión
que experimentan al verse
sometidas a una serie de fiscalizaciones
y autocontroles “que no son
compatibles y necesarios”.
“Por una parte están sujetas
a la ley 18.406 de sociedades anónimas, parcialmente a la
ley de administración financiera
del Estado y a la contabilidad gubernamental. Y además deben cumplir las reglas
de transparencia y de adquisiciones de compras públicas porque son
entidades de servicio
público dedicadas a la educación pública”.
“El que las universidades estatales tengan que publicar sus balances no tiene sentido, porqué es un gasto innecesario”, para eso está el
principio de transparencia y su regulación legal que le es aplicable a estas
universidades . Además cuestionó que se
les obligue a hacerlo. “Si son entidades públicas, deben someterse a los controles de dichas entidades y no
verse sometidas, muchas veces al
estrés de estar solicitando créditos en los bancos,
que las saca de su verdadera naturaleza: que es ser entidades de servicio público”. La mirada
contralora muchas veces temida por las Universidades Estatales que piensan que es una traba, no lo
es, muy por el contrario, es una gran ayuda para una buena gestión y a eso
apunta lo señalado por el Contralor
General de la República.
En sus palabras entregó definiciones
precisas, en un debate muchas veces monopolizado por visiones
ideológicas en las que se echaba de menos conclusiones como éstas: ponderadas a partir
de la experiencia.
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